Esa banda ancha (¿Y ajena?) Parte III

Esa banda ancha (¿Y ajena?) Parte III.
Gonzalo Perera

1.Cuando todos hablan pero nadie escucha.

Esta tercera nota dedicada al tema de la banda ancha intenta analizarla en función de diversas corrientes de pensamiento económico y político y pautar algunas propuestas en dicha discusión.

Hay dos primeros problemas evidentes que uno se encuentra al recorrer las publicaciones en la materia:

a) Los conocedores de los aspectos tecnológicos subyacentes en la temática, no suelen hacer de la economía política, por ejemplo, tema de mayor foco.

b) Los analistas de política económica, suelen carecer de visión de ésta área científica y técnica, por lo cual la banda ancha es analizada como un simple bien más y punto. O incluso, peor aún, lo analizan como un producto mágico que "flota en el aire".

c) Las escuelas más extremas de la economía política parecen encontrar aquí un terreno predilecto. Por ejemplo, posturas de liberalismo a ultranza que el Partido Republicano de USA no osaría sostener en casi ningún tema, encuentran en la banda ancha conspicuos exponentes.

d) En el Uruguay, las posiciones en materia económica-estratégica sobre banda ancha son bastante transversales a los partidos políticos. Por ejemplo, y en una brutal simplificación, si ubicamos en el extremo de una piolita el liberalismo más extremo y en el otro, el más absoluto y radical estatismo, veamos las opinión existentes en los tres partidos principales (el no incluír aquí al Partido Independiente, con lo cual abarcaría todos los partidos con representación parlamentaria, no obedece a ninguna desconsideración, sino a no disponer de elementos de juicio suficientes y considerar más respetuoso el silencio que la tergiversación).

Frente Amplio: con carga desde el centro de la piola hacia el extremo estatista, donde claramente hay un foco concentrado puntualmente, existen sin embargo posiciones en este tema que llegan hasta prácticamente el extremo opuesto y no son deseñables, ni política, ni intelectualmente.

Partido Colorado: aparece más bien disociado, con los seguidores doctrinarios de Jorge Batlle muy claramente situados como foco puntual en la punta de liberalización total, pero con cultores de la lógica batllista tradicional que se situán más bien desde el centro hacia el extremo estatista.

Partido Nacional: quizás el más homogéneo al respecto, volcado desde el centro hacia el extremo liberlizador, con el herrerismo claramente situado allí. con algunos cultores del wilsonismo de "Nuestro Compromiso Con Ud." más volcados hacia posiciones de mayor presencia estatal, pero sin opiniones extremas al respecto.

Una muy importante precisión es que no creo que la discusión a dar sea Estado vs Mercado, al menos no en los términos y en el sentido que tradicionalmente se le interpreta. Creo que la discusión estratégica sobre banda ancha pasa por la determinación estratégica mucho más general, en función de la cual Estado y Mercado pueden ser actores a diverso nivel y de diversa envergadura. Todo esto sin desconocer que se me sitúa- y no me genera ninguna molestia, bien por el contrario- como un neto "estatista" dentro del eje antes mencionado.

La transversalidad partidaria antes observada en el tema banda ancha no es necesariamente una mala noticia, pues quizás sea el posible apoyo de políticas estratégicas sustentables, trazadas por claras mayorías no perecederas al primer golpe de timón.

En cambio, los restantes factores aquí señalados, son mucho más limitantes. A modo de ejemplo, si se trata de trazar políticas estratégicas para el complejo agroindustrial, encontraremos economistas, sociólogos, demógrafos, ingenieros, veterinarios, politólogos, periodistas y multitud de dirigentes políticos que han hecho de este tema su centro de interés privilegiado, habilitando a una visión global, plurisdisciplinaria y muy abarcativa de la riqueza del problema. Piense ahora el lector nombres de sociólogos o politólogos, por ejemplo, que hayan hecho de la estrategias en banda ancha su materia de especialidad. La diferencia releva de mayor comentario.

En un tema crucial como el de la banda ancha, no tenemos los sustentos multidisciplinarios que existen en otros temas. Seguramente vendrán. Pero, dijera el pelado más famoso de la historia (me refiero a Lenin), mientras tanto ¿Qué hacer?. Pues pensar y laburar, arriesgando opinión que convoque otras mejores. Pues no se debe opinar para pretender brillar, sino para incentivar que otros enciendan a luz plena los focos de su brillantez y desde diversos ángulos iluminen las oscuridades que nos confunden.

2. ¿Cuánto vale un determinado ancho de banda?

Obviamente el título es capcioso, pues remite a la teoría del valor, en la que los nos reclamamos marxistas abrevamos valores de uso, de cambio e ainda mais. Olvídese de ésto el lector que haya segudio otro derrotero vital y pregúntese cuanto vale el poseer en su casa una determinada capacidad de enlace a Internet. No cuánto la paga o le cuesta según los precios que su proveedor fija, sino cuánto entiende que vale.

Tomaremos una línea argumental solamente, para mostrar cuán profunda es la pregunta. Internet es hoy un escenario típcamente epidémico y antes que el lector se alarme, permítame un ejemplo sencillo, del cual me serviré ampliamente.

Digamos que Usted se crea una cuenta en facebook donde tiene cien amigos. Digamos que un 10% suelen reproducir los contenidos que Ud. comparte en su muro, la información que permite que vean sus amigos de facebook, y que este 10% reproducen esos contenidos, llevándolo al muro de ellos, haciéndolo así accesible a todos los amigos facebook que tienen. Por simplicidad, supongamos que cada uno de sus amigos tienen 100 amigos adicionales; el 10% que reproduce su publicación en SU muro, la hará llegar, ADEMAS de a los 100 amigos a los que Ud. llegó, a mil amigos más (diez lo reenvían a sus cien amigos). Supongamos que esa conducta es replicada por esta camada de "segundo orden", es decir, los amigos de sus amigos. Un 10% de los mil, lo publican y exponen ante cada uno de sus 100 amigos adicionales: cien publicando para cien, da diez mil. Si repiten cinco veces esta suerte de "eco al 10%", su opinión alcanzara un millón ciento once mil cien personas. El llamado "experimento seis grados de separación" es una versión ligeramente distinta de esta misma historia, según la cual en Uruguay con una cadena de seis amigos llegamos a cualquier persona, cosa que refrendamos cada vez que proclamamos, "Pero qué chiquito es éste país" .

En el estudio matemático de la difusión de epidemias suele llamársele "R0" (erre cero) al número de infecciones que induce un individuo infectado en un ámbito de susceptibles. Aterricemos: tenemos una gran población de gente sana pero pasible de contraer una cierta enfermedad contagiosa (son los susceptibles). Largamos en el medio de esta población alguien infectado con dicha enfermedad. Al cabo de cierta unidad de tiempo, ¿cuánta proporción de gente estará infectada? . Este parámetro R0, obviamente es crucial para describir la evolución de una epidemia. De algún modo exhibe la "tasa de reproducción de le epidemia". Nos inspiraremos en este contexto, aparentemente tan diferente para estudiar la propagación de contenidos en facebook.

En el contexto de facebook llamaremos R0 a la cantidad de muros donde aparece publicado mi contenido en determinada unidad de tiempo dividido los muros en los que directamente los hizo llegar uno. En el ejemplo anterior, uno lo hace llegar a 100 muros, pero hay diez más que lo toman como propio, por lo que la publicación aparece en 110 muro, por lo cual R0 será 110/100, es decir 1.10. Y en 5 unidades de tiempo, teníamos a más de un millón cien mil "contagiados".

Pues bien, esto nos conduce a alguna untualización:

1) Todos los estudios estadísticos existentes sobre el "R0" así definido para las redes sociales, muestran que

a) El mismo depende de quién sea la fuente de origen y el contenido (es evidente, no es lo mismo que yo publique en mi muro un dibujito de Winnie Pooh a que alguien difunda alguna soprendente revelación confidencial, como la existencia de vida inteligente en el cerebro de algunos personaes de los programas televisivosde chimentos ).

b) En general, con el curso del tiempo y la expansión de las redes, los R0 promedialemente van en aumento (la Información se "contagia" más y más rápido)

c) Hay un límite físico absoluto a R0 (más allá del límite a la cantidad de amigos que toda red establece, la disponibilidad de tiempo para recibir información de parte de toda la humanidad entera es limitada). Este límite absoluto, para el 99% de los usuarios, está muy lejos de ser alcanzado.


¿Y dónde está aquí la economía y el valor de la banda ancha? Supongamos que lo que difundo vía redes sociales me aporta una ínfima renta, por concepto de atracción de clientes a un determinado negocio, publicidad o lo que fuere. Si mi R0 es elevado, por más ínfima que sea esa rtenta, en poco tiempo se acumulará una fortuna. Volvamos al ejemplo del R0 de 1.10. Si un centavo de dólar le deja promedialmente de renta cada persona que recibió su info, en el período de los contagios antes descritos, habrá recibido más de once mil dólares sin mover el cerebro de su silla. Pavada lo del ojo. El R0 de 1.10 es exagerado para la mayor parte de los usarios, pero ilustra cómo funciona el sistema.


De hecho la sensibilidad del "universo contagiado" frente al valor de R0 es altísima. Suponiendo cinco unidades de tiempo o "tandas de contagio" y manteniendo la suposición de que cada quien tiene 100 amigos nuevos respecto a los demás, miremos a cuánta gente se llega según el valor de R0

● Si R0 es menor o igual a 1, sólo se llega los 100 contactos iniciales, pues nadie "reproduce el contagio"
● Si R0 es 1.01 (sólo un 1% retransmite la información), se llega a 500.
● Si R0 es 1.02, se llega a 3100
● Si R0 es 1.03, a 12100; si es 1.04 a 34100 y si es 1.05 a 78100
● Si R0 es 1.06, se llega 155 500 y si es 1.1 a 1111100

Es de notar que una diferencia de uno o dos por ciento en el valor de R0 provocan incrementos drámaticos en el "contagio". Pasar de 1.02 a 1.04 en R0 multiplicó por más de diez la llegada.


Volvamos a la pregunta ¿Cuánto vale entonces un enlace de banda ancha que a mí me permite desencadenar una "epidemia" informativa con Ro= 1.10? Así me cobren mil dólares por mi enlace de banda ancha, lo cual es un tantillo exagerado en general, le "sacaré" más de diez mil de ganancia por el sólo uso de la "infectividad".

Esta es sin duda alguna una de las claves del éxito de las redes sociales.

Pero tiene también una conslusión frustrante y desgarradora.

2) Si ud. tiene 4 mil amigos en Facebook, por ejempl,o y nota que un montón de gente le pide para ser su amigo facebook, no sea nabo y se crea que es por lindo, divertido o por lo inteligente de sus publicaciones. Lo estarán buscando por su presumiblemente alto R0, tanto la Zapatería "El clavo alegre", la confitería "La cucaracha en la sopa" y un montón de agrupaciones políticas. Acéptelos, pero "no se la crea". Lamento deprimirlo, pero en general no lo buscan a Ud., sino a todos los que a través de Ud. pueden ser alcanzados.

3) Deprimidos por sentirnos Cyber-Objetos destinados a meramente propagar la epidemia facebookiana, viremos entonces hacia el luminoso pensamiento de Carlos Marx. Y allí intentemos distinguir el plusvalor añadido por nuestro trabajo en alguna red social. ¿Existe? Claro que sí. ¿Es cuantificable por unidad? ¿ Por qué unidad de producción, tiempo, trabajo, debe cuantificarse? ¿Dónde reside el "tiempo de trabajo socialmente necesario" para nuestra producción? Es justamente en la "epidemia" inversa, en la que llegó hasta mí: la que me trajo la computadora, el enlace de banda ancha, la información, los contenidos que luego yo divulgo y en el seguramente mínimo tiempo (comparativamente) que me insume a mí difundirla o agregarle valor. Aún con semejante foco, el análisis se hace complejo. No imposible, pero ya la plusvalía no reside en el tiempo social de producción de cada zapato, sino en la tasa de infectividad de diversas redes de trabajo- aporte de insumos y los valores que impelen a adquirir o reproducir. En este marco, si hay algo claro es que un activo como la banda ancha es un bien primario cuya tasa de reproducción puede alcanzar niveles abolutamente astronómicos si es adecuadamente acompañado de buena difusión y nutridas y diversas cadena de agregación de valor. Veremos más adelante hasta qué punto algunos países tienen claro este punto.

3. Las capas del Estado y el Mercado.

La discusión tradicional sobre las áreas de acción del mercado y Estado en el economía se trasladan a las telecomunicaciones sin mayor miramiento sobre si éstas no presentan peculiaridades que las distingan de cualqier otro producto. Habiendo mencionado la importancia estratégica, para la seguridad nacional, etc. , de la banda ancha y habiendo revisado en el punto precedente el efecto "epidémico" que da a la economía de la banda ancha un horizonte de agregación de valor y expansión absolutamente incomparable con cualquier commodity tradicional, quisiera centrarme en propuestas concretas. Y para ello recurriré a una pregunta de sentido común y a un modelo muy estudiado por todo ingeniero o técnico en telecomunicaciones.

a) El viejo y querido sentido común.

¿Quién es el propietario de las rutas de transporte automotor en el Uruguay? El Estado uruguayo, que ejerce su jurisdicción ya sea a través del MTOP o de las 19 intendencias. Sin embargo hay numerosas rutas que están en concesión a manos privadas. Algunas privadas vinculadas al Estado (las ligadas a la CND), otras francamente privadas. Estos privados deben prestar un servicio de determinada calidad, para lo cual deben realizar tareas de mantenimiento que el Estado supervisa, y generan su rentabilidad por las instalación de peajes en sitios determinados y bajo tarifas controladas por el Estado. Si en algún momento incumplen severamente sus términos contractuales, la gestión de la ruta vuelve a su propietario, el Estado. Y si ocurriera una situación trágica ( por supuesto que nadie desea), como un escenario bélico, el Estado tendría plena potestad para actuar como necesite sobre una ruta que sigue siendo suya, más allá de que haya concedido su gestión. Y en circunstancias normales, sobre esas rutas se despliega una pléyade de privados, desde las empresas de transporte a la estaciones de servicio, los paradores o los vendedores artesanales, que hacen sus negocios, generando valor.

Si este modelo de gestión- más allá de situaciones puntuales- no genera ningún escozor en nuestro medio ...¿Por qué no pensar en términos similares las redes de banda ancha, que ejemplificábamos en nuestra primera nota justamente a partir de las rutas y el tráfico automotor?

Esto es, por mero sentido común y sin ningún tecnicismo....¿Por qué no pensar que las "rutas" de la información sean TODAS de propiedad del Estado que eventualmente las pueda conceder en gestión a privados que deben mantener un servicio de calidad y recaudar a partir de la conexión que brindan bajo condiciones controladas? Que sea demás el soporte para múltiples empresas públicas y privadas que presten diversos servicios tecnológicos, o de contenidos o de valor agregado en general. Esto es, aplicar aquí exactamente el mismo principio que en el transporte rutero.

Alguien puede pensar ...¡Pero ésto requiere expropiaciones!. Puede requerirlas, pero si van seguidas de una concesión de usfructuo bajo determinadas condiciones y a cierto plazo, la conciliación de cuentas no es un desafío comparable al de Evo Morales y el gas natural.

Podría entonces decirse ....¡ No se cambió nada si se hace eso!. Se cambió y mucho, porque:

i) Es el Estado el propietario de aquí en más.
ii) Las concesiones son controladas en la calidad de su servicio
iii) También son controladas en sus precios que no pueden ser ni abusivos ni predatorios
iii) Las concesiones son revocables y si hay incumplimiento de las condiciones de servicio o emergencia nacional, pasan a gestión estatal.


Estas cuatro "pavaditas" cambian y mucho la realidad actual. Por supuesto que esta sola mención equivale a que para muchos me caiga de la piola por el lado del estatismo más radical, y otros dirán que es impracticable o, en las antípodas, irrelevante. Pero cuando los adjetivos se consuman como el resto de una velita, invito a volver a lo sustantivo: ¿No es un modelo lógico, saludable, limpio, desprovisto de la sanata libermercadista pero sin asfixiar ni impedir la actividad privada sobre un bien estatal?

Revisitaremos esta idea, pero ahora recurriendo a un concepto ligeramente más técnico.

b) El viejo y querido modelo OSI.

Todo aquel que estudia redes de datos, en algún momento se encuentra con el llamado modelo OSI (o "Pila OSI"), acrónimo de "Open System Interconnection". Si bien actualmente se considera superado por otros modelos más aggiornados, OSI , gestado en la década de los 80´s ha prestado un largo y benéfico servicio a la comunidad, aportando un marco de referencia para el estudio y diseño de arquitecturas de redes de datos.

Según este modelo, una red puede pensarse como un pila de siete capas colocadas una encima de la otra, cada una de las cuales tiene a su cargo distintas tareas.

Empezaremos de abajo hacia arriba:

Capa 1: Nivel físico. Como su nombre lo sugiere, esta capa tiene el cometido de establecer las conexiones físicas y transmitir por el medio que corresponda las señales eléctricas y electromagnéticas.

Capa 2: Nivel de enlace de datos. Aquí se establece la topología de la red (qué nodo se conecta con quién), el control de errores en la transmisión, el control del acceso a la red y del flujo en la misma.

Capa 3: Nivel de red. Aquí se hace el ruteo, aquí "viven" los routers que van seleccionando los caminos dentro de la red para enviar los datos de su origen a su destino.

Capa 4: Nivel de transporte. Mediante protocolos, se ocupa de transportar los paquetes de información de origen a destino independientemente de cuál sea la red física concreta que los transporte.

Capa 5. Nivel de sesión, Se ocupa de mantener y controlar la conexión entre los servidores que están transmitiéndose datos.

Capa 6. Nivel de presentación. Aquí se "traducen" los datos transmistidos y que llegan a servidores que pueden manejar distintas decodificaciones o "idiomas", para que ambos reconozcan correctamente la información intercambiada.

Capa 7. Nivel de aplicaciones. Aquí están los protocolos de los distintos servicios que se ejecutan a través de todas las capas anteriores (mail, transferencia de archivos, redes sociales, etc.) y que están en constante expansión. En general el usuario no "ve" esta capa sino que cuando va a ajecutar una aplicación, utiliza como interfase un programa amigable y de sencillo manejo que hace actuar las complejas operaciones que tienen lugar en la capa de aplicaciones. Para poner un ejemplo sencillo, el usuario no "ve" la aplicación "mail" de esta capa, sino que se conecta al Outlook, por ejemplo, que se encarga de hacer andar la aplicación.


SI tomamos este modelo de capas (inisto en que es solo una referencia y que hay ya nuevos esquemas alternativos), las capas más "altas" están asociadas a los servicios, de dinámica explosiva y evolución permanente y las más bajas a los fenómenos más físicos, que si bien también evolucionan, tienen una mayor inercia en su evolución.

En general, las discusiones económicas sobre la conveniencia o inconveniencia del accionar estatal en las redes de banda ancha se basa en discutir qué servicios debe prestar quién. Esta discusión es una callejón sin salida. Pues a poco de que se laudara, los servicios cambiarían la tecnología que emplean y ya sería discutible si es el mismo servicio o mutó de manera relevante. Pero peor aún, constantemente aparecen nuevos servicios, lo cual sistemáticamente conducirá a ofertas fuera del menú previsto.

En nuestra propuesta (independientemente del modelo OSI, insisto), lo razonable es discernir los roles de cada actor en las diversas capas de red.

En mi opinión, el Estado (ANTEL, por ejemplo), debe ser un operador integral y por lo tanto debe estar presente, y mucho en la oferta de todos los servicios que sean tecnológicamente viables. Pero paralelamente, debe monopolizar las capas inferiores de red, con reglas que permitan el uso de privados generadores de servicios y aplicaciones o bien concesiones para la gestión de red, transporte, etc.

Estado en lo más inercial, físico y estratégico (pues sin ello no hay red ), coexistencia Estado-privada, bajo correcta, clara y firme regulación estatal.

El lector puede quedarse con la idea del Estado propietarios de las rutas y eventualmente concesionando algunas, y posibilitando que sobre las rutas generen valor privados (y también el Estado) que desarrollen aplicaciones y servicios, que es más simple de visualizar. Pero queríamos compartir esta visión de capas pues nos parece que ilustra nuestro punto de vista. Hemos estado discutiendo demasiado sobre cortes verticales en las redes, sobre como pueden (o no) coexistir distintas redes con todas sus capas. Y creo que se debe dar un corte horizontal, mateniendo bajo monopolio estatal las capas básicas y participando Estado y privados en la susperiores.

De allí la afirmación que hiciéramos en nuestra primer anota de esta serie.

"Por consiguiente, dado su caracter estratégico y porque en la escala uruguaya no hay lugar para un real libre competencia en la provisión de banda ancha sino que forzosamente se terminará teniendo un monopolio o un proveedor absolutamente hegemónico, en nuestra opinión, debe establecerse claramente que la provisión al por mayor de la banda ancha debe ser MONOPOLIO DEL ESTADO, quien debe ser el propietario de la red física (fibras, cables, radio bases, antenas ), debe ser quien gestione dicha red. admitiendo el ingreso de privados para la distribución comercial de banda ancha o para la agregación de valor"

Pedíamos en su moimento paciencia para argumentar debidamente. Ojalá hayamos justificado al menos en algo la paciencia o estimulado mejores ideas.

4. El mundo y nosotros.

Este mes de mayo, la España sumida en una de sus mayores crisis económicas, superó, incluyendo todos los proveedores, los 10 millones de servicios de banda ancha activos. Brasil acaba de autodesafiarse a triplicar los servicios de banda ancha existentes. Bruselas no le va en zaga: dentro del plan de recuperación de la actividad económica, la Comisión Europea aprobó un programa de mil millones de euros de financiación pública para el desarrollo de la banda ancha, con el objetivo de que llegue a todos los europeos y que se fomente la construcción de las llamadas nuevas redes de nueva generación (NGN, "Next Generation Networks"), que permitirán velocidades muy superiores a las actuales. Y Obama en la Ley de Reactivación de la Economía, dispuso un paquete de siete mil doscientos millones de dólare spara promover el desarrollo de la banda ancha en USA, estimándose su efecto entre 127 mil y 400 mil nuevos empleos y entre 5% y 20% las mejoras de productividad en distintas áreas de la producción.

Merece citarse expresamente la frase de Rául Katz, en su trabajo del 24 de febrero del 2009, titulado " El impacto de la Banda Ancha en el empleo: un análisis del programa de estímulo de la administración Obama", donde concluye:

"....el programa de estímulo de la banda ancha genera empleos a corto plazo y construye infraestructura a largo plazo".

Esta es la importancia que el mundo entero le da a la banda ancha. Tenemos por delante la oportunidad de hacer de este, el gran activo estratégico de la actualidad, una gran palanca para el desarrollo, si es que pronto y bien nos dotamos de diseños institucionales y polñiticas de corto, mediano y largo plazo que nos proyecten como referentes y no como furgones de cola.

Creo que desde la revitalización y clara estipulación del rol protagónico del Estado, más un programa de promoción de inversiones de infraestructura y servicios de banda ancha, con fuerte acento en la inclusión social y en las alianzas internacionales, desde nuestra privilegiada posición regional , tenemos hoy una portunidad de oro en nuestras manos.

Si tiene la paciencia de esperarme un número más, le cuento los pasos que no podemos omitir y algunos que debemos evitar en dicho esperanzador camino.

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